Nos encontramos ante uno de los cañones más agrestes y bravíos de todo el Pirineo y un fenómeno natural único en toda Europa. Está recorrido por el río Bellos desde su nacimiento, a pies del collado de Añisclo (2460 m) hasta su confluencia con el Aso, en la ermita de San Úrbez (875m). Todo su curso se encuentra encajonado profundamente entre murallones, alcanzando el máximo de 1200 metros bajo las crestas de Sestrales. En su descenso, el río nos deleita con una incontable sucesión de saltos, cascadas y pozas de agua cristalina.
La vegetación del cañón es especial, ya que encontramos influencia mediterránea representada por las encinas y por otra parte, una clara influencia centro europea, como son los hayedos y bosques mixtos. Otra singularidad es la presencia continuada de inversión térmica que da lugar a una inversión de los pisos de vegetación, de forma que en las zonas más altas se encuentran las carrascas y en las zonas más bajas, se localizan las hayas y los bosques mixtos.
Se puede visitar en coche o a pie. En su parte inferior una espectacular carretera recorre el interior del cañón desde Escalona hasta el aparcamiento de San Úrbez,. Hay que tener en cuenta que los meses de máxima afluencia de turistas la carretera suele ser de dirección única de subida, es decir en sentido Escalona-San Úrbez.
En el puente de San Úrbez comienza el camino que nos lleva a la parte alta del cañón, en cambio si lo que queremos es dar un paseo corto y sencillo, en este mismo punto hay señalizado un bonito recorrido circular con el nombre de “circuito de San Úrbez”. Este recorrido lo podemos hacer en unos 40 minutos visitando el impresionante puente de San Úrbez, la ermita del mismo nombre y el molino de Aso, todo ello bajo las paredes verticales de Sestrales.
El recorrido por el interior del cañón no presenta dificultad salvo en casos de crecida de los barrancos. En dos horas y media llegamos a La Ripareta, lugar donde el valle se abre tímidamente tras haber dejado atrás un tramo de frondosos bosques, en el cual el río Bellos encadena saltos, cascadas y se muestra extremadamente bravío. Si continuamos el camino durante dos horas más alcanzamos la Fon Blanca, situado por debajo de una bonita cascada que surge de las paredes verticales de las Tres Sorores. Aquí se nos abren dos posibilidades, ascender dos horas más hacia el norte para alcanzar el collado de Añisclo (desde donde es posible bajar al valle de Pineta) o continuar dirección oeste por el barranco de Fon Blanca hasta llegar al refugio de Góriz (2 horas y media).
En este largo recorrido también están señalizadas algunas opciones para abandonar el cañón hacia las zonas superiores, ascendiendo por sendas junto a barrancos intermedios afluentes del río Bellos. Destacan los barrancos de Pardina y Capradiza en la margen derecha del cañón, que permiten ascender al llano Tripals y al pequeño refugio del Carduso. En la margen izquierda se encuentra la subida al refugio de San Vicenda, lugar desde el cual es posible ascender con facilidad a los Sestrales o descender al pueblo de Bestué.
Sin duda la experiencia en torno al Cañón de Añisclo es única, una de las imprescindibles del Pirineo Aragonés y del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. La situación de Casa Martín es ideal para la visita tanto de Ordesa como del Cañón de Añisclo, ya que nos encontramos junto a la carretera que nos lleva hasta Añisclo atravesando los bosques de la Pardina del Señor y los alrededores de Fanlo.